El acoso escolar LGTBfóbico es un fenómeno social de violencia entre compañeras y compañeros de clase consistente en la intimidación, el aislamiento, la amenaza, la agresión verbal o física de una persona o grupo por parte de otra persona o grupo. Quienes agreden utilizan la homofobia y el sexismo para llevar a cabo este acoso. Se da en los centros educativos de cualquier nivel: infantil, primaria, secundaria, ciclos formativos, academias privadas, centros de ocio y tiempo libre e incluso en la universidad. Lo sufren tanto personas LGTB como heterosexuales y supone la deshumanización de la víctima, que no podrá salir sola de esta situación. Saber más
Ante cualquier sospecha o signo de alerta (actitud inusual, ropa o material dañado o signos de violencia) ponte en contacto con el centro para obtener más información.
¿Qué puedo hacer?
Qué hacer
Promover que te cuente cómo es su día a día en el centro.
Ante su relato de los sucesos desagradables que está viviendo, muestra confianza y empatía: escúchale atentamente y hazle saber que estás a su lado.
Asumir que tu hija o hijo podría ser LGTB y expresarle que eso no sería un problema ni una decepción para ti.
Si tiene más de 8 años, decidid conjuntamente qué pasos queréis seguir e infórmale de las medidas que vas a tomar.
Cuenta con el centro: profesorado, orientación, jefatura de estudios y dirección. Favorecer una estrategia de cooperación entre los progenitores de la víctima y los de las personas agresoras, junto a los profesionales y la dirección del centro será la mejor manera de solucionar la situación.
Proponer al Departamento de Orientación y al AMPA que se realicen actividades sobre diversidad sexogenérica.
Qué no hacer
Mostrar desinterés por sus actividades en el instituto o centrar la atención sólo en sus notas.
Banalizar su situación. Frases como “eso son cosas de críos” o “tú céntrate en estudiar e ignórales” sólo causarán que no cuenten contigo para contarte lo que les sucede.
Asumir que tu hija o hijo es heterosexual y/o cisexual y que, por lo tanto, esto no puede pasarle o no le va a hacer daño.
Llevar el proceso de manera unilateral sin contar con la opinión de tu hija o hijo.
Enfrentarte de forma agresiva con el centro. Son responsables del bienestar del menor y deben velar por él.
Cambiar al menor de centro. Esta decisión debería tomarse como última opción, cuando ni el centro ni el grupo de clase del menor quieran poner de su parte. En ese caso, te recomendamos seguir la vía legal.
"Hazle saber que estarás a su lado y que va a contar con tu apoyo en todo momento."